Sección: Una Idea Maravillosa (I)

¡Hurra, hurra! ¡Estrenamos nueva sección!

 

Que esta todo inventado, que ya no hay nada que crear, que a lo sumo lo que nos queda es coger de aquí un poco y de allá otro tanto e intentar vender como original algo que se ha repetido hasta la saciedad, eso si, con diferentes formatos. Que algunos -seguramente 'podemitas'- le querrán llamar un lavado de cara (un remake a lo Albert Rivera, unas lentejas recenás, un pan de ayer, no un adiós mas bien un hasta luego) pero lo que no dicen es que, si bien es cierto, el cine ha ido evolucionando con el paso de los tiempos, también lo es, que el cine sigue siendo lo que en un principio ya era, un negocio hecho y derecho. Que deberíamos remarcar el carácter humano de tal industria, muy bien, imagine por un momento la cantidad de emociones que aguarda el cine, ahora haga lo mismo con los 'dineros' que a la par a generado. El cine es -y será- un negocio basado en un factor humano, el de la emoción, y precisamente es éste quien hace de esta industria del símbolo un objeto tan codiciado. ¿Por qué una sección que lo analice en sus partes? ¿En qué partes analizarlo? Sencillamente, eso nos lo dirá el tiempo a ir mejorándolo, pero visto lo visto, parece que hace mucho que el cine se ha ido barruntando en torno a lo que conoceríamos como arquetipos, lugares comunes, tramas lineales, remakesremakes de remakes, adaptaciones de todos los colores... Las nuevas ideas fílmicas parecen, en general, haberse estancado -salvo gloriosas excepciones- en un barbecho creativo al más puro estilo schumpeteriano. En esta sección bisemanal -o que procurará serlo-, analizaremos con leves dosis de sarcasmo y -quizás- humor, cómo los argumentos, tramas, personajes o vestuarios se repiten más que la txistorra pa' cenar. Advertimos que esta no va a ser una sección para todos los públicos, y que vamos a funcionar a pastillas cortitas, por aquello de evitar la drogadicción. Esta semana empezamos con...

¿Qué hubiera sucedido si nuestra querida y entrañable Amélie se hubiera dopado a tripis viendo Shin Chan durante toda su infancia? Pues que probablemente hubiese degenerado en... "Romance en Tokio" ("Tokyo Fianceé") de Stefan Liberski.

 

Di-seccion de Tokyo Fiancée

 

 

 

 

Moshi, Moshi. Si no puedes pasar una semana sin cagar sashimi, ver una serie que necesariamente acabe nombrando a cada personaje con el sufijo "-san" o estas estudiando A1 de Francés y te apetece conocer tus límites vitales, prepárate un té chai con sacarina y disfruta del suicidio de cada uno de los segundos que se sucederán ante tí.

TEXTO ESCRITO Y PUBLICADO ORIGINALMENTE PARA: www.elclubdelabutaca.es